¡Damelo por Escrito!
Hace nada un amigo mío vino a contarme cosas y consolarse y yo le di un repasillo bien merecido. Según contaba las cosas que había hecho (en las que no voy a entrar en detalle) le dije: "escribeme esto que me dices autoinculpandote" a lo que fue un poco reticente, pero terminó accediendo...
Mi único motivo era el tener constancia de su puño y letra por si se da una proxima vez darle con ello en la cabeza y obligarle a entender el mensaje de su pasado yo.
La palabra escrita acompaña al hombre desde hace 4.000 años y aun da algo de miedo a algunos. Nos aterran algunas cosas a perpetuidad, algunas cosas con memoria perfecta. Alguna otra cosilla os habrá pasado con objetos prestados y olvidados, becas y/o trabajos apalabrados que desapasrecen mas rápido que el no-contrato en el que esta escrito.
Algo así pasa con nuestro señor presidente, elegido por mayoría, y que hace caso a una minoría. De boquilla dice que no se cerrara ninguna web, pero seguimos con una ley impulsada por un colectivo que, atención, exije que el gobierno haga algo con el libre intercambio de archivos. Y a los demás, la mayoría que voto y la totalidad de los que sufren sus decisiones políticas que nos den.
Podría ser típico y redecir que copiar no es robar o que si esto no fuera un canon (que cobra una entidad privada y hace con ello lo que quiere) sino un impuesto (que cobra el gobierno y, supuestamente, hace cosas para todos) entonces lo pagaría con gusto.
Lo que realmente me molesta es que mi presunción de inocencia, mi libertad de expresión, mi derecho a la copia privada (¿o no pago quiera o no un canon por él?), y mi derecho a la intimidad vayan detrás de imposiciones comerciales. Porque esto ultimo que he puesto esta en un texto muy bonito llamado constitución, y si lo cambian para hacer lo que han dicho ya es que ni los escritos nos van a valer.
Mi único motivo era el tener constancia de su puño y letra por si se da una proxima vez darle con ello en la cabeza y obligarle a entender el mensaje de su pasado yo.
La palabra escrita acompaña al hombre desde hace 4.000 años y aun da algo de miedo a algunos. Nos aterran algunas cosas a perpetuidad, algunas cosas con memoria perfecta. Alguna otra cosilla os habrá pasado con objetos prestados y olvidados, becas y/o trabajos apalabrados que desapasrecen mas rápido que el no-contrato en el que esta escrito.
Algo así pasa con nuestro señor presidente, elegido por mayoría, y que hace caso a una minoría. De boquilla dice que no se cerrara ninguna web, pero seguimos con una ley impulsada por un colectivo que, atención, exije que el gobierno haga algo con el libre intercambio de archivos. Y a los demás, la mayoría que voto y la totalidad de los que sufren sus decisiones políticas que nos den.
Podría ser típico y redecir que copiar no es robar o que si esto no fuera un canon (que cobra una entidad privada y hace con ello lo que quiere) sino un impuesto (que cobra el gobierno y, supuestamente, hace cosas para todos) entonces lo pagaría con gusto.
Lo que realmente me molesta es que mi presunción de inocencia, mi libertad de expresión, mi derecho a la copia privada (¿o no pago quiera o no un canon por él?), y mi derecho a la intimidad vayan detrás de imposiciones comerciales. Porque esto ultimo que he puesto esta en un texto muy bonito llamado constitución, y si lo cambian para hacer lo que han dicho ya es que ni los escritos nos van a valer.
Etiquetas: estado-del-arte, gente hormiga, internet, ira, paranoia, reflexiones, vida en general
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